Los medios argentinos, en su gran mayoría entregados al patrón capitalista, hace unos días han comenzado a advertir sobre el peligro que corren los niños venezolanos de que se les retire de la cercanía de sus padres para que el Estado se haga cargo de ellos. Esta conocida maniobra de la CÍA ya funcionó en Cuba en los primeros años de la Revolución, historia que se transformó en un verdadero rapto de menores y se llamó Operación Peter Pan.
Después del triunfo de la lucha armada, muchas acciones fueron realizadas contra Cuba por sectores políticos, sociales y religiosos conectados estrechamente con empresarios de compañías norteamericanas y el propio gobierno de EEUU, reacios a encuadrarse en las Leyes de la Nueva República Revolucionaria.Dentro de esas acciones figura una psicópata manipulación orquestada por todos ellos que se distinguió por su salvajismo, falta de sentimientos e inmensa crueldad que se llamó Operación Peter Pan diligencia que, como la Dictadura Militar Argentina, robó niños para raptarlos, venderlos y educarlos en manos de los secuestradores y asesinos de sus padres.
Esta Operación fue una de las más secretas acciones de subversión y guerra psicológica desarrolladas por la CIA contra un Estado que tenía por meta el logro de su verdadera Independencia. De ella fueron víctimas indefensos niños y padres engañados o hábilmente confundidos por rumores falsos y desestabilizadores.La Operación Peter Pan se instaló en la opinión pública para que los niños cubanos emigraran a Estados Unidos y así evadir el supuesto adoctrinamiento socialista.Monseñor Bryan O. Walsh, un sacerdote de origen irlandés, el gobierno de USA y las jerarquías católicas de la Florida y Cuba fueron sus ejecutores y entre todos diseñaron la realización para que los cautivos estuvieran un tiempo en Estados Unidos y regresaran a Cuba luego de que triunfara la invasión de Bahía de Cochinos. La operación cobró existencia debido al Programa para Niños Cubanos que aportaron dinero con la idea de rescatarlos del comunismo. Mientras los principales directivos de las empresas norteamericanas radicadas en la Isla se encontraban en USA planteando sus problemas económicos e intentando recurrir a su Embajada en La Habana para buscar ayuda, cantidades de niños "favorecidos" le fueron arrebatados a su patria liberada.
En esa oportunidad se habló de abrir un colegio en Miami para aquellos muchachos que estaban en "peligro". Uno de los miembros de la Cámara de Comercio Americana en La Habana le propuso a James Baker crear dicha escuela, porque los empresarios norteamericanos junto a una amplia red de colaboradores integrada, se encargarían de cubrir los gastos necesarios. Norma Lemberg, quien había residido en La Habana, era la encargada de resolver las visas.
A partir de ese momento, Walch y Baker garantizaron el traslado de los pequeños a un centro educacional en Miami, aunque ambos programas se iniciaron sin alojamiento para los que arribarían a partir de las insidiosas campañas.
La Operación Peter Pan comprometió a miles de familias cubanas y estadounidenses, varios gobiernos extranjeros, numerosos funcionarios federales y estatales del gobierno usamericano, más de cien agencias dedicadas al cuidado de niños y las tres mayores religiones existentes. Un negocio espectacular porque se movieron catorce mil almitas solitarias en busca de su represor. Un suculento trafico humano. La clandestinidad de esta operación fue silenciada por el propio Walch, quien alentó el secreto para no llamar la atención, llegando a no comunicarse con los familiares porque, según él, algunos padres eran muy indiscretos, por lo que decidió tampoco escribirse con la Isla. Un verdadero rapto de niños cubanos. kidnapping en su propio idioma, delito que en USA se pena con la muerte (de negros y chicanos).
Para su emprendimiento, el apoyo de importantes sectores de la Iglesia de Cuba fue decisivo, porque la jerarquía, la mayor parte del clero y todas sus organizaciones laicas, lejos de reconocer la causa nacional, se aliaron incondicionalmente con la Iglesia usamericana y su gobierno, defendiendo los intereses de las clases privilegiadas. Asociados desde el advenimiento de la república mediatizada y facilitados por la supremacía del clero español desde el período colonial, se convirtieron en los grandes referentes del rapto de niños cubanos.
Las edades de los inocentes arrancados de Cuba mediante la Operación Peter Pan, fluctuaron desde los pocos meses hasta los dieciocho años de edad. Muchos de los mayorcitos emigraron en contra de su voluntad, obligados por sus padres que además debían disponer de suculentas sumas. Los principales problemas que sufrieron, de acuerdo a lo referido por los mismos niños, fueron la inadecuada alimentación, la acción de las pandillas en las sedes de recibo y campamentos, el sufrir castigos corporales, la obligación de realizar tareas humillantes o no acostumbradas a las que denunciaron como esclavizantes, sintiéndose explotados por sus tutores y maestros. La diferencia de idioma, costumbres y cultura que se vieron constreñidos a enfrentar abruptamente y sobre todo el abatimiento, soledad y abandono que sufrieron en verdaderos campos de concentración alejados para siempre de su familia, los aterrorizaron en un Imperio deshumano y genocida que hoy intenta, a través de los medios empresariales y sus campañas mediáticas, hacer lo mismo con la República Bolivariana de Venezuela.
Como siempre en todos los casos de esta aberrante personalidad, los delincuentes psicópatas acusan a los Revolucionarios de lo que ellos mismos destruyen en nombre de democracias y libertades bastardas y mentirosas, que apuntan sólo al enriquecimiento ilícito en resguardo del capitalismo financiero, forma asumida de la mafia actual.Por eso insisto en advertir que intentan repetir idéntica operación con la República Bolivariana de Venezuela.
ADRIANA VEGA *Fuente: Libro "Operación Peter Pan", de Ramón Torreira Crespo y José Buajasán Marrawi y Caso Elián González
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