viernes, 28 de marzo de 2008

Venezuela, una ventana en la oscuridad


MISION MILAGRO

• Casi la mitad del millón de intervenciones quirúrgicas realizadas por oftalmólogos cubanos en varios países de América Latina han sido practicadas a pacientes venezolanos

POR JUAN ANTONIO BORREGO, enviado especial—

CARACAS. —La doctora Katia Robledo jamás sospechó que engrosaría sus memorias de cooperante internacionalista con experiencias tan insólitas como las que ha vivido en el centro oftalmológico ubicado en la barriada caraqueña de Pinto Salinas.

"Tenemos historias que nos han hecho llorar", dice mientras evoca su conversación con aquella anciana aquejada de catarata bilateral que primero se negaba a viajar a Cuba alegando el riesgo de que "podían obligarla a cortar caña" y tiempo después, tras ser operada, quería regresar para pedir mil disculpas por su confusión y dar las gracias a Fidel.

"En Pinto Salinas también vi llorar a un anciano tras reconocer a sus nietos después de años de ceguera", recuerda Katia, fundadora de la Misión Milagro en Venezuela y actualmente directora del centro oftalmológico que el pasado mes de octubre cumplió su primer año de funcionamiento y ya suma alrededor de 20 000 intervenciones quirúrgicas.

Cuando la medicina cubana acaba de festejar el primer millón de operaciones realizadas por nuestros especialistas en varios países de América Latina y el Caribe, vale destacar que casi la mitad de esta cifra ha sido practicada a pacientes venezolanos, resultado que habla por sí solo de la valía del proyecto en estos predios.

LA HISTORIA DEL MILAGRO

La imagen del primer contingente de venezolanos caminando todavía en penumbras por el aeropuerto José Martí el ocho de julio del 2004 recuerda el inicio de la Operación Milagro, iniciativa diseñada y estimulada por Fidel, que en poco tiempo desbordó su impacto por todo nuestro continente*.

Sólo en el último semestre de aquel año fueron beneficiados en Cuba más de 18 800 enfermos de la nación sudamericana, ritmo que se incrementó notablemente en el 2005 hasta llegar a la cifra de 156 604, en su mayoría con afecciones de pterigiun y cataratas.

Para octubre de ese año nace el centro oftalmológico de Barquisimeto, estado de Lara, pionero de la Misión Milagro en tierras venezolanas, y poco después comienzan a sumarse instalaciones similares en otros puntos de esta geografía, todas con personal especializado cubano.

Hoy día funcionan en diferentes estados del país 17 de estas estructuras con un total de 31 posiciones quirúrgicas, tres de ellas móviles, que en buena medida han contribuido a facilitar la operatividad y a reducir los costos, en tanto el paciente es intervenido mucho más cerca de su lugar de residencia.

Directivos cubanos de la Misión Milagro confirman que durante el 2007 no se reportaron complicaciones quirúrgicas, resultado evidente de la calidad de un servicio que cada día se torna más confiable y accesible para la población venezolana, en especial para los segmentos más humildes.

"Tan importante como operar es captar al paciente, encontrarlo", explica la doctora Marisol Noa, quien elogia en este sentido el papel de los médicos cubanos en la base, "la gente de Barrio Adentro", y el aporte de los más de 500 estudiantes residentes de oftalmología "que pasaron por el quirófano, pero también por el pesquisaje".

NO CREIAN EN NUESTRA ESTADISTICA

"A principios no creían ni siquiera en nuestra estadística —explica la doctora Raysa Hernández, de la coordinación en Venezuela—, no podían entender que sólo en un mes los oftalmólogos cubanos fueran capaces de realizar de conjunto 6 000 ó 7 000 operaciones, pero con el tiempo la gente se ha dado cuenta del alcance de este programa".

Así piensa también Fidel Raúl Ricardo, un oftalmólogo holguinero, iniciador de la Misión Milagro en Venezuela, que dice haber operado más de 10 000 pacientes en menos de dos años, lo cual según él, constituye su bautizo de fuego como especialista.

¿Cómo te iniciaste en la Misión?

A principio éramos 50 oftalmólogos que apoyábamos las ópticas populares y trabajábamos en el pesquisaje para enviar pacientes a Cuba, cuando se abrió el centro de Lara fui de los primeros y en febrero de 2006 me entrené en el Pando Ferrer en la técnica de incisión tunelizada para la operación de cataratas. Desde marzo pasado estoy en Caracas.

¿Cuánto puede costar una operación de cataratas fuera de la Misión Milagro?

Hasta cinco millones de bolívares (5 000 bolívares fuertes), imposible para una persona de los cerros, pero además con la ventaja de que es ambulatoria, el hombre se opera y ya al día siguiente te está preguntando si puede ir a trabajar.

¿Y no te resulta aburrida esta rutina?

¿Rutina? Este ritmo me ha permitido desarrollar habilidades increíbles, en Cuba jamás habría podido operar a tantas personas en tan poco tiempo. Hubiera necesitado 20 ó 30 años de trabajo. Aquí uno crece profesional, pero sobre todo humanamente. •

(*) Además de Cuba y Venezuela, la Misión Milagro beneficia poblaciones de Bolivia, Ecuador, Haití, Honduras, Panamá, Guatemala, San Vicente y las Granadinas, Guyana, Paraguay, Granada, Nicaragua y Uruguay.

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