Caracas, 29 nov (PL) Una política orientada a configurar un mundo pluripolar y la eventualidad de integrar una confederación en América Latina y el Caribe son perspectivas que abre la reforma constitucional venezolana en la esfera de política exterior.
Esa proyección está contenida en los cambios a los artículos 152 y 153, dos de los 69 que propuso modificar el presidente Hugo Chávez en una reforma constitucional objeto de votación en un referendo el próximo 2 de diciembre.
De aprobarse la propuesta las relaciones internacionales de Venezuela seguirán regidos por "principios de independencia política, igualdad de los estados, libre determinación y no intervención, solución pacífica de los conflictos", entre otros.
Asimismo se reafirma la defensa de esos principios en organismos e instituciones internacionales.
Lo nuevo es que orienta la política exterior a propiciar la democratización de esos órganos para construir un orden justo y equilibrado.
El añadido más significativo del artículo 152 es la orientación "hacia la configuración de un mundo pluripolar, libre de la hegemonía de cualquier centro de poder imperialista, colonialista o neocolonialista".
La política exterior venezolana, hasta ahora encaminada constitucionalmente a favorecer la integración latinoamericana y caribeña y avanzar hacia una comunidad de naciones, pasa a definir con mucha mayor precisión.
Al respecto se incluye en el artículo 153 "la promoción de la confederación y la unión de América Latina y el Caribe" con el objeto de conformar un gran bloque de poder político, económico y social.
Los cambios perfilan asimismo el enfoque de nuevos modelos de integración hacia un proyecto gran-nacional, llamado por Simón Bolívar "Una Nación de Repúblicas".
Otro añadido indica que "La República podrá suscribir tratados y convenios internacionales basados en la más amplia cooperación política, social, económica, cultural, complementariedad productiva gran-nacional, solidaridad y comercio justo".
Para el canciller venezolano, Nicolás Maduro, se busca profundizar el enfoque aplicado desde el inicio por el gobierno de Chávez, encaminado a apoyar la construcción de un "un mundo multipolar, pluripolar, democrático y sin imperialismo".
Se trata de consolidar en América Latina, el Caribe y el resto del mundo espacios de soberanía e independencia política, como alternativa al mundo unipolar que bajo su hegemonía diseño Estados Unidos tras el derrumbe del socialismo europeo.
De hecho la reforma reafirma principios de política exterior expresados en la nueva etapa del país, luego de años de la aceptación del liderazgo de Estados Unidos como guía fundamental de la política exterior.
Se trataba, en la práctica de una especie de neocolonia, que había dejado en manos de la metrópoli esta expresión de su soberanía.
El alejamiento de la esfera de orientación estadounidense reafirmó la soberanía nacional, pero también contribuyó a profundizar la hostilidad de Washington que vio alejarse así un seguro traspatio de enormes reservas petroleras.
En este contexto la orientación a la unión, en forma de confederación u otra modalidad, que los opositores presentan como pérdida de soberanía, ratifica una proyección de independencia establecida ya en la Constitución de 1999.
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