Denuncia Cuba ofensa al Apóstol José Martí en el acto convocado por Bush en Washington el 21 de mayo.
El dinero que reciben los mercenarios está manchado de sangre, expresa el canciller Pérez Roque
Por: Luis Luque Álvarez
Correo: digital@jrebelde.cip.cu
22 de mayo de 2008 16:34:29 GMT
Como «un show decadente, un discurso irrelevante y cínico», clasificó el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, la intervención del presidente norteamericano George W. Bush ante un puñado de cubanoamericanos del sur de la Florida, en un acto celebrado en la Casa Blanca el 21 de mayo.
El jefe de la diplomacia cubana hizo esta declaración en conferencia de prensa efectuada el jueves en la sede del MINREX, oportunidad en la emplazó al gobierno norteamericano a pronunciarse sobre las graves acusaciones de Cuba de que diplomáticos estadounidenses en La Habana participan del trasiego de dinero entre el terrorista de origen cubano Santiago Álvarez Fernández-Magriñá y la contrarrevolución interna.
Pérez Roque refirió que el discurso anticubano del miércoles, «ridículo y de mal gusto», es propio de un gobernante «agotado, que está empacando el bulto para irse a su rancho de Texas», y cuyos niveles de impopularidad son peores que los de Richard Nixon durante el escándalo Watergate.
Bush ha desatado agresiones ilegales y defendido la tortura y los asesinatos. Avergüenza a los norteamericanos —aseguró—, y sus propios correligionarios (entre ellos el candidato presidencial del Partido Republicano, John McCain) le huyen. Es un apestado. Uno de los pocos grupos que todavía lo aplauden es la mafia cubanoamericana.
El titular de la diplomacia cubana deploró el hecho de que, en la velada de la Casa Blanca, el mandatario puso a la altura de José Martí a un cantante de Miami, dos días después de conmemorarse la gloriosa caída en combate del Héroe Nacional de Cuba.
«Es una grave ofensa a la dignidad del pueblo cubano. La condenamos y rechazamos», sentenció.
A una pregunta de la prensa acerca de si las nuevas evidencias contra la Sección de Intereses de EE.UU. pudieran derivar en el cierre de esa oficina, el canciller respondió: «Esperamos que el gobierno de EE.UU. se llame a capítulo y tome las medidas pertinentes para rectificar la conducta de sus diplomáticos en Cuba. Esto es un conteo de protección. Ellos sabrán qué hacer. No debe subestimarse la gravedad de los hechos denunciados».
Sobre la eventual reacción de Cuba hacia los contrarrevolucionarios implicados en la recepción de dinero de parte de Álvarez Fernández-Magriñá, explicó que está en curso una investigación sobre terrorismo y subversión. «Hay que esperar que avance y concluya».
Respecto al monto de los envíos de dinero, que un corresponsal extranjero estimó como «no muy alto», Pérez Roque señaló que el propio gobierno de EE.UU. ha informado sobre 45 millones de dólares, solo para este año fiscal, para financiar la subversión interna contra Cuba.
En tal sentido, hizo notar que en Cuba, donde los contrarrevolucionarios no pagan por los servicios de salud, ni por la educación de sus hijos, ni alquiler, porque quizás son dueños de las casas que les entregó la propia Revolución, y donde parte de los alimentos que necesitan son fuertemente subsidiados, «200 dólares sí es dinero», más de diez veces el salario promedio, y la señora receptora de parte de estos envíos desde Miami, Martha Beatriz Roque, percibe 1 500 mensuales, «más de lo que muchos corresponsales que están aquí reciben de sus agencias».
Pero más grave que la cantidad es la procedencia, dijo. Recibir dinero del gobierno que bloquea a su patria, que quiere matar de hambre y enfermedad a su pueblo, para ayudarlo a aplicar la ley Helms-Burton», es lo peor.
Ese dinero, dijo, está manchado de sangre, al provenir de un terrorista, un individuo que atacó el poblado de Boca de Samá, «donde asesinaron a varios compatriotas; donde dejaron sin piernas a aquella muchacha que dijo en un acto público: Nunca más pude ser feliz en mi vida, no me pude poner los zapatos al cumplir los 15 años»; un hombre que participó en uno de los intentos de asesinar a Fidel, «y cuya voz se oyó aquí diciendo (a un mercenario): «¡Tira las laticas (los explosivos) y vuela Tropicana!».
«En la guerra norteamericana por la independencia de Inglaterra, y en todas las guerras, eso se castiga severamente», afirmó. «Cuba es un país en guerra, sometido a una guerra no declarada, económica, mediática, psicológica, política, y es un grave delito el que cometen».
Por: Luis Luque Álvarez
Correo: digital@jrebelde.cip.cu
22 de mayo de 2008 16:34:29 GMT
Como «un show decadente, un discurso irrelevante y cínico», clasificó el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, la intervención del presidente norteamericano George W. Bush ante un puñado de cubanoamericanos del sur de la Florida, en un acto celebrado en la Casa Blanca el 21 de mayo.
El jefe de la diplomacia cubana hizo esta declaración en conferencia de prensa efectuada el jueves en la sede del MINREX, oportunidad en la emplazó al gobierno norteamericano a pronunciarse sobre las graves acusaciones de Cuba de que diplomáticos estadounidenses en La Habana participan del trasiego de dinero entre el terrorista de origen cubano Santiago Álvarez Fernández-Magriñá y la contrarrevolución interna.
Pérez Roque refirió que el discurso anticubano del miércoles, «ridículo y de mal gusto», es propio de un gobernante «agotado, que está empacando el bulto para irse a su rancho de Texas», y cuyos niveles de impopularidad son peores que los de Richard Nixon durante el escándalo Watergate.
Bush ha desatado agresiones ilegales y defendido la tortura y los asesinatos. Avergüenza a los norteamericanos —aseguró—, y sus propios correligionarios (entre ellos el candidato presidencial del Partido Republicano, John McCain) le huyen. Es un apestado. Uno de los pocos grupos que todavía lo aplauden es la mafia cubanoamericana.
El titular de la diplomacia cubana deploró el hecho de que, en la velada de la Casa Blanca, el mandatario puso a la altura de José Martí a un cantante de Miami, dos días después de conmemorarse la gloriosa caída en combate del Héroe Nacional de Cuba.
«Es una grave ofensa a la dignidad del pueblo cubano. La condenamos y rechazamos», sentenció.
A una pregunta de la prensa acerca de si las nuevas evidencias contra la Sección de Intereses de EE.UU. pudieran derivar en el cierre de esa oficina, el canciller respondió: «Esperamos que el gobierno de EE.UU. se llame a capítulo y tome las medidas pertinentes para rectificar la conducta de sus diplomáticos en Cuba. Esto es un conteo de protección. Ellos sabrán qué hacer. No debe subestimarse la gravedad de los hechos denunciados».
Sobre la eventual reacción de Cuba hacia los contrarrevolucionarios implicados en la recepción de dinero de parte de Álvarez Fernández-Magriñá, explicó que está en curso una investigación sobre terrorismo y subversión. «Hay que esperar que avance y concluya».
Respecto al monto de los envíos de dinero, que un corresponsal extranjero estimó como «no muy alto», Pérez Roque señaló que el propio gobierno de EE.UU. ha informado sobre 45 millones de dólares, solo para este año fiscal, para financiar la subversión interna contra Cuba.
En tal sentido, hizo notar que en Cuba, donde los contrarrevolucionarios no pagan por los servicios de salud, ni por la educación de sus hijos, ni alquiler, porque quizás son dueños de las casas que les entregó la propia Revolución, y donde parte de los alimentos que necesitan son fuertemente subsidiados, «200 dólares sí es dinero», más de diez veces el salario promedio, y la señora receptora de parte de estos envíos desde Miami, Martha Beatriz Roque, percibe 1 500 mensuales, «más de lo que muchos corresponsales que están aquí reciben de sus agencias».
Pero más grave que la cantidad es la procedencia, dijo. Recibir dinero del gobierno que bloquea a su patria, que quiere matar de hambre y enfermedad a su pueblo, para ayudarlo a aplicar la ley Helms-Burton», es lo peor.
Ese dinero, dijo, está manchado de sangre, al provenir de un terrorista, un individuo que atacó el poblado de Boca de Samá, «donde asesinaron a varios compatriotas; donde dejaron sin piernas a aquella muchacha que dijo en un acto público: Nunca más pude ser feliz en mi vida, no me pude poner los zapatos al cumplir los 15 años»; un hombre que participó en uno de los intentos de asesinar a Fidel, «y cuya voz se oyó aquí diciendo (a un mercenario): «¡Tira las laticas (los explosivos) y vuela Tropicana!».
«En la guerra norteamericana por la independencia de Inglaterra, y en todas las guerras, eso se castiga severamente», afirmó. «Cuba es un país en guerra, sometido a una guerra no declarada, económica, mediática, psicológica, política, y es un grave delito el que cometen».
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