miércoles, 20 de febrero de 2008

Mensaje a Fidel de sus compatriotas en Venezuela.


Querido Comandante en Jefe:

Desde los primeros albores de hoy, sus más de 40 mil compatriotas en Venezuela, comenzamos a leer su mensaje al pueblo cubano, y antes del mediodía todos los colectivos lo habíamos analizado detenidamente. Queremos decirle que su razonada decisión nos ha impactado, inclusive en muchos de nosotros se apreciaron signos de tristeza; sin embargo, el debate sereno y la más entrañable confianza en Usted, nos han permitido comprenderla en toda su magnitud histórica.

Usted continuará siendo por siempre el líder indiscutible de nuestra Revolución, aunque opte por combatir como “un soldado de las ideas”. Sólo alguien con sus valores éticos, sustentados en el apotegma martiano de que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”, es capaz de tomar decisiones tan maduras como difíciles y trascendentales.

Sabemos que a partir de este momento nuestra responsabilidad ante el heroico pueblo cubano y hacia la Revolución Bolivariana, es mayor. Nuestro compromiso será trabajar cada día con más fervor, calidad y creatividad. Actuar con más vehemencia frente a cualquier dificultad y demostrar en hechos nuestra solidaridad incondicional a este hermano pueblo.

“El Socialismo es la ciencia del ejemplo”. Por ello trataremos de seguir su admirable amor y dedicación insomne al bravo pueblo de Bolívar, cuna de nuestra América, que hoy se ha abrazado a nosotros, con infinito respecto y admiración a Usted. Una vez más en grado supremo nuestro pueblo y el mundo reconocen su grandeza y honestidad revolucionarias.

Gracias, Comandante, por seguir guiándonos a través de sus reflexiones, las cuales son hoy un arma ideológica formidable de todos los revolucionarios del planeta.

Que no se equivoquen los enemigos. En Cuba la única transición posible es la que vivimos desde 1959: más revolución y mejor socialismo, es luchar por la justicia en Cuba y el mundo.

Quienes intentan debilitarnos y dividirnos no lo conseguirán jamás, pues la Revolución Cubana la dirige el pueblo, guiado por el Partido de Martí y Fidel, que rehuye tanto la apologética como la autoflagelación. Estamos resueltos a defender al precio de nuestras vidas las conquistas y los sueños del Socialismo.

Usted nos ha enseñado a ser solidarios, humanos y valientes, pero a la vez profundos, sagaces y justos; nadie nos podrá engañar ni manipular y siempre estaremos preparados para lo peor, sin dejar de luchar por alcanzar lo mejor.

Querido Fidel, sus compatriotas en Venezuela, no lo defraudaremos. Sepa que lo mismo en la selva Amazónica, en los Páramos Andinos o en los emblemáticos Cerros de Caracas, donde quiera que se encuentre un revolucionario cubano, estarán su ímpetu de combatiente y sus ideas iluminadoras.

No lo dudamos, a partir de hoy su voz se escucha con más fuerza y vigencia que nunca, desde el Turquino, pasando por los Andes, hasta las Cumbres del Himalaya y en todos los confines del mundo.

En los labios de los cubanos y cubanas que hemos compartido esta jornada de homenaje a nuestro líder invencible, resonó una y otra vez esta frase de combate y victoria:



¡Comandante en Jefe, Ordene!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

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